Friday, September 22, 2006

Fotos de Maribel Velarde y la verdad sobre la muerte de Dante

... el luchador y la vedette

La primera vez que oí hablar de ella fue a raiz de aquel incidente. Hacia la segunda mitad del año '98 Maribel Velarde apareció en las portadas de los diarios chichas no precisamente para mostrar sus tan codiciadas carnes, sino más bien para ser señalada como la principal implicada en la misteriosa muerte de un luchador norteamericano que se encontraba de paso por Lima realizando una gira promocional de la WWF. Por ese entonces aún no tenía ni la más mínima idea que la protagonista de aquel escándalo mayúsculo era una bailarina de poca monta (¿acaso dije poca monta?), loca por un desmedido afán de figuración (y también loca por la rata, seguramente). Eran los tiempos de Chaquira, su prontuariado amante (no confundir con la cantante Shakira), con quien más adelante tendría una pequeña hija. Escribir esto es como jugarme el pellejo. No es la primera vez que recibo amenazas, y estoy seguro que tampoco será la última. Ya antes intentaron silenciarme, mordaza que se remonta a las épocas del malogrado pasquín en formato digital que dirigí, mi fenecida trinchera virtual, la tristemente célebre Web del Team Verija. Por un lado, Chaquira es un avezado delincuente, interno ilustre de los penales Sarita Colonia y el Lurigancho; y por el otro, el caso involucra la hasta ahora no esclarecida muerte de un ciudadano americano, una figura de la lucha libre conocida en los bajos círculos con el apelativo de "El Poderoso Dante".
Jamás pude sacarme de la cabeza aquel titular del diario El Chino. Han pasado 8 años ya, y todavía no lo consigo... "Luchador gringo pierde la vida en batalla contra chola power: MARIBEL SE MOVIO COMO LOCA EN EL CATRE". En efecto, la madre de todas las portadas. La trampa de engatusar al lector en las primeras líneas utilizando el viejo ardid del titular engañoso. No hay mejor manera de vender, a no ser que se ponga el recurso del poto en la portada. En este caso hablamos de una acertada combinación de ambos. Un ladrillo directo a la cabeza.
Apenas unas horas después, la mañana misma de la aparición de dicha portada, los verijas nos enteraríamos al detalle de lo todo acontecido durante aquella fatídica noche...

Mi amigo Santiago (cuyo nombre he cambiado por razones de seguridad) repartía su tiempo entre sus estudios de administración hotelera en Cenfotur y su trabajo de mozo en el elegante restaurante C***, ubicado en los alrededores de la Av. Comandante Espinar, en Miraflores. La trágica noche de los hechos, una comitiva de luchadores se trasladó al mencionado local para una cena de celebración por el éxito obtenido en sus presentaciones del Coliseo Amauta.
Al final de la velada, y debido al hecho que eran los últimos comensales del restaurante, la delegación en pleno convenció al administrador de armar una encerrona con vedettes, putas, alcohol y drogas (por cierto, un par de años después, e inspirándose en este particular episodio, Alejandro Toledo haría lo propio en el hostal Melody de la Av. Angamos con las consecuencias que ya todos conocemos). De paso, era también una forma de aprovechar la extrema cercanía del restaurante con ese reducto de corrupción, prostitución y comercialización de drogas que es el barrio de '7 Esquinas'. Por decisión de los mismos luchadores Santiago fue el encargado de realizar las compras. Debió ser obra de la Divina Providencia que Santiago regresara (con vida, además) al local, trayendo consigo los 25 gramos de coca que pagó con un billete de $100. Y es que en el peligroso '7 Esquinas' suelen estafarte con la merca en 3 de cada 2 veces que te aventuras a comprar (puede sonar a una falacia numérica, o cuanto menos a la más grande exageración, pero lo cierto es que muchos conocen en su real dimensión el chasco que significa ir de shopping a un lugar de semejante calaña). Cargado con una buena provisión a lo largo y ancho del fortín, el lujoso C*** cerró sus puertas para dar inicio a una pichanga demencial, no sin antes permitir el ingreso de Maribel Velarde y sus ocasionales amigas de combate gracias a una muy oportuna llamada telefónica de última hora.

El par de hermanos gemelos conocidos como "Twin Towers" (en alusión a las aún no desaparecidas Torres Gemelas de New York), que de 'torres' sólo habrían tenido el tamaño del tabique nasal ya que en estatura podría decirse que no llegaban a sobrepasar el metro ochenta (siendo considerados entre los más bajos de la delegación), no contentos con la ingente cantidad de chamo a disposición decidieron hacer una pequeña excursión a los bajos fondos del distrito de Surquillo para, según ellos, experimentar con la obnubilación de la pasta, ésto último en vista de estar imposibilitados de sumergirse en las profundidades del sueño de opio (al menos en tierras peruanas, debido a un cultivo menor de la amapola). Palabras mayores, experimentar con pasta. Pasta Básica de Cocaína (PBC), conocida en el hampa surquillana con el nombre de 'queso' o 'quesito'. "We wanna buy cheese", amenazaron. "We want someone to smoke cheese with us", gruñeron (o crujieron), pasados de vueltas, las Twin Towers, o al menos eso fue lo que Santiago me dijo que escuchó, valga decir con más miedo que preocupación. Acordaron salir juntos al cabo de 3 minutos, luego que Santiago les llevara a la mesa otro par de botellas de whisky y pisco. Craso error. Efectivos de la DINANDRO venían siguiendo de cerca a la comitiva de luchadores desde hacía algunos días atrás. Las patrullas encubiertas, al ver que las Twin Towers (en medio de muecas) abandonaban el local en compañía del mozo, resolvieron que al fin se acercaba el momento de concretar el operativo. Un cuarto de hora después los hermanos serían intervenidos con 10 quetes de PBC en su poder, cayendo en la redada junto con mi buen amigo Santiago. Los detenidos pasaron toda la noche en la carceleta de la comisaría de San Antonio. Los gemelos recién se enterarían al día siguiente del fatal destino que sufrió su estimado colega. Y sí, Santiago también se enteraría, pero lo único que le importaría sería el saberse injustamente despedido por el administrador. "Pero si lo único que hice fue seguir tus órdenes, J***", argumentó con no poco pesar. "Lo siento, alguien tiene que pagar los platos rotos", le replicaron, mientras le alcanzaban un lapicero obligándolo a firmar su carta de renuncia. Una vez más, la cuerda se rompía del lado más débil.
Y es que Dios perdona el pecado, pero no el escándalo: la noche previa, en medio de una encerrona plagada de excesos y descontrol, un hombre había perdido la vida. Y ahora esa era la comidilla en los principales diarios de la capital (favor de revisar los enlaces de El Trome, El Ajá, El Chino y El Popular en la sección Diarios de Cabecera).

Gene SimmonsPodría decirse que el Poderoso Dante era el personaje más popular de entre el grupo de luchadores que vinieron a visitarnos a Lima aquel año. Dentro de las infaltables y consabidas participaciones a manera de publicidad en el circuito de programas cómicos, de variedades y de espectáculos, Dante era quien acaparaba la mayor atención. Y no era para menos. Aparte de su agresivo look a lo "Undertaker", solía aparecer en escena masticando un pequeño animal (animal vivo, al que se le veía pataleando desesperadamente con medio cuerpo fuera de la boca del luchador: pollitos, ratas, lagartijas), chorreando y embarrando de sangre por todos lados, lanzándole al público la amenazante y furibunda mirada del típico psicópata mientras mentaba la madre en inglés (FUCK YOU ALL, PERUVIAN MOTHERFUCKERS!). Claro, algo que anteriormente habíamos visto como una fina criollada del buen Ozzy Osbourne, o en algunos de los números que Gene Simmons le ofrecía al público durante los conciertos de KISS (ver imagen). Pero en este caso hablamos de un 'hematólatra' en su estado más salvaje y primitivo. Comentario aparte, que quede claro que ese término no me lo he inventado yo. Se lo escuché hace unas semanas al tío Marco Aurelio Denegri en su programa "La Función de la Palabra" y desde allí que ando buscado la oportunidad para incluirlo donde sea y como sea. Hematólatra. sust.- Dícese de aquella persona que gusta de la sangre y/o de la violencia sangrienta. Posiblemente afecto a la crónica roja y el cine gore. Hablando del tío Denegri, espero muy pronto escribir una crónica kitsch acerca de él. Quizás me anime a comentar sus temas recurrentes: 'El Coitotécnico', 'La Puta que conocí allá por el año...', 'El Negro 8 Soles' y ese tipo de sandeces que suele decir en su programa cultural. Pero no nos desviemos del tema y de los detalles finales de lo acontecido en aquella trágica noche...
He aquí el verdadero motivo de la muerte de Dante: la coca peruana es demasiado pura. O en todo caso, fue demasiado pura para él. Acostumbrado a consumir coca pateada (mezcla adulterada con yeso y talco) en su natal Wallace County (jeje), Dante subestimó el contundente poderío de la coquita 'alita de mosca', lo cual, 8 tiros, 9 tiros, aunado a su habitual consumo de esteroides, 10 tiros, snif, 11, 12, amén de los varios litros de alcohol en su torrente sanguíneo, 13, 14, snif, 15, sin contar la bandeja de parihuela tamaño familiar que se engulló entera él solito, 16, 17, cof, cof... 18, mientras veía bailar sinuosamente a Maribel Velarde encima de la mesa las canciones de Chichi Peralta, 19, 20... 21... fue demasiado para su organismo. La juerga peruana resultó un poco dura para su trajinado corazón. "I need to use the bathroom", dicen que dijo. Dio un par de pasos y se desplomó en el piso. Adiós Dante.

Y hola Maribel, bienvenida... El resto es historia.


NOTA: PEDIMOS DISCULPAS A NUESTROS VISITANTES, LAS FOTOS DE MARIBEL VELARDE CALATA HAN SIDO RETIRADAS POR NUESTRO HOSTING DE IMAGENES. LES COMUNICAMOS QUE SERAN REPUESTAS A LA BREVEDAD. LA GERENCIA.

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